Persianas autoblocantes

Ante la gran fragilidad que supone la persiana tradicional, pensada, diseñada y fabricada como un medio de protección solar y no como elemento de seguridad, nace la persiana autoblocante.

La gran proliferación de villas, adosados, en definitiva, de viviendas con plantas bajas dónde el acceso para un posible asaltante resulta sencillísimo, hace imprescindible la utilización de elementos de seguridad que en otro tipo de viviendas no resultan necesarios.

Variando únicamente la escala, se aplican en la vivienda los mismos sistemas que se utilizan en las persianas de seguridad de bancos y joyerías.

Autoblocante es toda persiana que, una vez bajada y sin necesidad de usar ningún tipo de pestillo o cerradura, no puede ser elevada desde el exterior.

Las persianas autoblocantes se componen de dos tipos de lama, principal e intermedia, que se alternan formando un conjunto sólido pero muy flexible. En caso de intentar elevar la persiana desde abajo, se produce un efecto acordeón que hace que cada una de las lamas se empotre contra las guías.

Así, cuanto más empujemos, más se bloqueará la persiana.

Las persianas autoblocantes de primera generación producían el bloqueo únicamente mediante las lamas intermedias, pero ahora existe una segunda generación de lamas autoblocantes que realizan el anclaje mediante la interacción de todas sus lamas, asegurando un cierre mucho más sólido y eficaz.